Desde la primera sesión con Michelle, sentí un alivio enorme. Me escuchó con tanta atención y validó mis emociones de una forma que me hizo sentir segura. Poco a poco, con su guía, fui entendiendo el origen de muchas de mis reacciones y aprendí herramientas prácticas que realmente me han cambiado la vida. No es magia, es un proceso, pero con Michelle me siento acompañada y, sobre todo, siento que avanzo. Si estás dudando en empezar terapia, te aseguro que con ella te sentirás en buenas manos.
Paciente